Ecologistas en Acción exige cambios importantes en la política medioambiental del Bierzo (25/10/09).
Durante la tarde del sábado 24, dos centenares de personas se dieron cita en la plaza del Ayuntamiento de Ponferrada para celebrar la primera “Batucada por la Tierra”, convocada por la ONG 350.org, en una acción internacional que agrupó a cinco mil eventos en casi doscientos países contra el cambio climático.
Al ritmo de instrumentos de percusión de todo tipo, incluidos vasos metálicos, cacerolas y sartenes, y acompañados por la actuación de un grupo de capoeira, los presentes dejaron clara con su presencia, en un día particularmente lluvioso, su compromiso personal con una protesta en la que se exigió a los políticos la toma de medidas eficaces contra el calentamiento global del planeta.
La convocatoria es el resultado de una movilización popular a la que se han unido entidades sociales o medioambientales como Acción en Red, la Asociación de Mujeres del Bierzo, Bierzo Aire Limpio, Ecologistas en Acción, Sonido y Vida y la Redina berciana. Sin embargo, a última hora vinieron a sumarse grupos como Bierzo Natura o la Sala de Arte “2000 vacas”. Los representantes de partidos políticos estuvieron ausentes.
Eva Masana, una joven ponferradina, leyó un manifiesto en el que se abordó la problemática global que supone la subida de la temperatura en el planeta y que también trató sobre actitudes cotidianas necesarios para iniciar un cambio y sobre la necesidad de presionar a nuestros políticos para que desde las instituciones fomenten políticas que contribuyan a un desarrollo sostenible.
Los manifestantes acordaron convocar otra manifestación multitudinaria para el día 12 de diciembre, coincidiendo con las conversaciones en Copenhague, en las que los líderes mundiales decidirán la política medioambiental a seguir durante los próximos quince años, en sustitución del actual protocolo de Kioto.
Manifiesto popular: “El planeta está en crisis: por un modelo justo y sostenible”.
Siguiendo la convocatoria del “Movimiento 350º” para la campaña internacional dedicada a construir un movimiento que una el mundo alrededor de las soluciones necesarias para la crisis climática, desde El Bierzo hemos decidido sumarnos a esta campaña organizando esta "Batucada por la Tierra" que pretende concienciar sobre la responsabilidad que todos tenemos en el cambio climático y sobre los pequeños gestos que podemos hacer en nuestra vida diaria para ayudar a nuestra única casa: la Tierra.
Este año 2009 es clave en la lucha contra el cambio climático, ya que a finales del mismo se van a tomar las decisiones que configurarán el marco global que regirá los compromisos que asuman los países para luchar contra este importante problema. En la Cumbre de las Naciones Unidas de Cambio Climático, que tendrá lugar en diciembre en Copenhague se decidirá la forma del acuerdo que sustituirá al Protocolo de Kioto una vez que éste haya expirado su periodo de vida a finales de 2012.
El cambio climático está provocado por la actividad humana y sus impactos ya son evidentes. En la actualidad sabemos positivamente que la concentración actual de dióxido de carbono en el planeta es la más alta de los últimos 650.000 años y sabemos que este dióxido de carbono procede en su mayoría de la quema de combustibles fósiles.
El IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas) en su último informe señala que la temperatura media ha subido 0,74º C en los últimos 100 años. Sin embargo, el IPCC también confirma que esos impactos se pueden mitigar estabilizando los gases de efecto invernadero, de modo que no se superen los 2º C de incremento de la temperatura global respecto a la época preindustrial, usando para ello las tecnologías actualmente disponibles o aquellas que se espera sean comercializadas en las próximas décadas e incidiendo en el ahorro energético.
Se trata además de un problema que afecta y afectará de forma más severa a los países empobrecidos, que en modo alguno son responsables de su génesis; pues el 20% de población más favorecida del mundo consume más del 86% de los recursos naturales y genera más del 50% de las emisiones de CO2, mientras que por su parte el 20% de la población más desfavorecida apenas disfruta del 1,3 % de los recursos y solo es responsable del 3% de las emisiones de CO2. Los efectos del cambio climático incluso en una versión muy ralentizada, no harán sino exacerbar esta situación.
Seguir invirtiendo todo el ahorro nacional en el hiperconsumo de recursos es insostenible; una opción sin futuro que nos pasará factura. Si toda la población mundial viviera con el estilo de vida de los europeos necesitaríamos nueve planetas para satisfacer nuestras necesidades.
Entre las consecuencias más graves del cambio climático está la pérdida de producción agraria, que aumentaría la inseguridad alimentaria, generaría mayores dificultades para disponer de agua y una mayor vulnerabilidad a enfermedades y catástrofes climáticas, como sequías o inundaciones. Hay consenso en que el cambio climático hará crecer el número de refugiados ambientales en todo el mundo.
En España esta subida de temperatura ha sido aún mayor, y ello se ha traducido en que nuestros glaciares han reducido su extensión y las olas de calor, las sequías y los cambios abruptos de temperatura y precipitaciones sean cada vez más frecuentes. Es también perceptible una menor disponibilidad de recursos hídricos. Todos estos factores están teniendo ya en nuestro país, graves consecuencias para sectores importantes de la economía, como el agrario y el turístico, dos motores importantes en la economía berciana.
Por ello, las organizaciones convocantes de este acto pedimos al gobierno, que de cara en la cumbre de Copenhague y que apoye un nuevo acuerdo justo y suficientemente ambicioso que sustituya al Protocolo de Kioto, basado en los siguientes principios:
a. Los países industrializados deberán comprometerse a reducir sus emisiones, con medidas internas, al menos un 30% para 2020 y de un 80% para 2050, respecto de los niveles de 1990.
b. Deberán apoyar a los países empobrecidos, y ayudar a las economías emergentes, para que reduzcan sus emisiones respecto a su tendencia actual para antes de 2020, mediante transferencia de tecnología, comercio e inversión que posibilite satisfacer sus necesidades energéticas de forma limpia y sostenible.
c. Deberán proporcionar financiación suficiente, estable y adicional para la adaptación de los países en desarrollo a los impactos del cambio climático.
d. Deberán asegurar que las emisiones procedentes de la deforestación y degradación de los bosques se reduzca drásticamente respetando los derechos de los pueblos.
Exigimos al Gobierno Central, a la Junta de Castilla y León y al Consejo Comarcal, que den a la lucha contra el cambio climático la prioridad que se merece, ejerciendo y desarrollando las políticas necesarias para ello, promocionando y apoyando a las empresas que adapten procesos productivos que minimien su incidencia en el cambio climático, mediante cambios a tecnologías más limpias, reducción del consumo de energía y de agua y la implantación de sistemas de gestión ambiental verificados, etc.
Este cambio de actitud y de sensibilidad ambiental del que hablamos, pasa por no permitir proyectos que como el de Cosmos en Toral de los Vados, o el de Aqualdre Zinc en Cubillos del Sil, que suponen un importante retroceso en la calidad ambiental de nuestra comarca, con repercusiones negativas para la salud de sus gentes y de los productos agroalimentarios de esta tierra. Aspectos que engañosamente dicen promover desde estas instituciones, pero a las que no les tiembla la mano a la hora de firmar las autorizaciones de estos procesos industriales tan negativos.
Exigimos a nuestros representantes políticos el compromiso, el rigor técnico necesario y la participación del movimiento ecologista en la transcripción de la nueva ley marco europea sobre residuos, para que la aplicación de la misma se realice en función de los intereses sociales y de protección a la salud de las personas, y no de la cuenta de resultados de sectores que como el cementero. Pretender hacer el negocio del siglo con la quema de residuos, sustituyendo el cook de petróleo y combustibles fósiles que utilizan por residuos con una mayor potencialidad contaminante, pero que les permite el juego necesario para reducir artificialmente sus emisiones de CO2 a costa de soltar a la atmósfera sustancias mucho más peligrosas y que antes no emitían, como son los COPs (Compuestos Orgánicos Persistentes) que junto con las dioxinas o los metales pesados son reconocidos por la OMS como potentes cancerígenos.
Pero el negocio no termina aquí. Además de poder justificar sus emisiones en C02, con el ahorro que esto representa, también verían reducida su factura de combustible en el mismo porcentaje de toneladas de residuos sustituidas. A lo que se añade que además cobrararían de la Administración. - es decir de nuestros impuestos-, por quemar estos residuos. El precio iría en función de la peligrosidad del mismo. Los enfermos y los muertos ya los ponemos nosotros.
A las empresas con huella ecológica ya establecidas en nuestra comarca les pedimos una apuesta decidida por la inversión en tecnologías de producción limpia, para tratar de mitigar al máximo los efectos de la contaminación. Y a los sindicatos que apoyen estás políticas incidiendo en su desarrollo, como la mejor garantía de estabilidad y de defensa del empleo. Por lo cual exigimos a las administraciones públicas (central, autonómica y local) medidas que en el marco de sus competencias implanten y favorezcan políticas que frenen el cambio climático.
La crisis global en que nos encontramos es la consecuencia de un modelo de desarrollo insostenible. Es el momento de dar un giro y apostar por vivir sin exceder la capacidad de nuestro planeta, utilizando los recursos de forma sostenible y con equidad. Otro modelo de desarrollo es posible, empezando por un cambio a un modelo energético basado en el ahorro, la eficiencia energética y las energías renovables. No queremos políticas que por un lado favorezcan mínimamente a las energías limpias y por otro mantengan los privilegios de las energías sucias.
También es urgente avanzar hacia una movilidad sostenible en nuestras ciudades y pueblos, sustituyendo el uso del automóvil para desplazamientos cortos por el desplazamiento a pié o en bicicleta. Y en vez de seguir alimentando el crecimiento desmesurado del transporte motorizado, -con ayudas millonarias a la industria automovilística y creando nuevas carreteras-, proponemos apostar por una ordenación territorial que disminuya la necesidad de desplazarse, así como por un transporte público colectivo y el fomento del transporte ferroviario, tanto de personas como de mercancías.
La cuenta atrás ya ha comenzado. El cambio climático no es solo un problema de ámbito ambiental, sino también económico y social de primer orden. Así, de acuerdo con el informe “Stern” (alto cargo del Ministerio de Finanzas Británico y solvente economista): “El cambio climático representa un desafío único para la economía: es el más grande y más amplio mercado jamás visto”.
Los ciudadanos y ciudadanas exigimos a las administraciones que aprovechen este momento de crisis para apostar por un modelo justo y sostenible. Por eso las personas que hoy nos encontramos aquí reunidas, preocupados por las consecuencias del cambio climático, pedimos a las máximas instancias políticas y económicas, que ejerzan las acciones prioritarias y urgentes necesarias para evitar que a la crisis financiera que padecemos se sumen, no tardando mucho, los impactos del calentamiento global y con ello las graves consecuencias ecológicas, sociales y económicas, que esta situación traerá si no se toman medidas eficaces para remediarlo.
El cambio es posible: ¡sólo hay que ponerse manos a la obra!
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